Campana de la Victoria

Por: Irma Cruz Delgado, Enfermera Oncóloga

En el Hospital HIMA•San Pablo Oncológico es parte de la tradición que cuando un paciente termina tratamiento toque la Campana de la Victoria.   Esto ocurre porque es un momento para celebrar una victoria frente al cáncer.

La Campana de la Victoria inspira celebraciones grandes y pequeñas que caracterizan el estilo propio de cada paciente. Unos la fotografían a diario para contar los días que faltan para terminar el tratamiento mientras que otros regresan para escucharla sonar cuando pacientes con quiénes han estrechado lazos de amistad también concluyen el tratamiento.

La Campana de la Victoria inspira bailes, ceremonias y serenatas porque aporta un sonido firme, melodioso y esperanzador. Si hablase compartiría miles de historias como las de N.T.  Él interpretaba su repicar como los pasos que se marchan en pos del progreso de la lucha contra el cáncer.  Y así nos narra que cuando pudo tocarla experimentó una combinación de sentimientos:  “Tuve la oportunidad de agradecer a mi esposa por su compañía durante el tratamiento de Radioterapia.  Pude dar gracias a Dios por darme vida, al personal del hospital por brindarme cuidado médico, a los miembros de mi Iglesia por sus oraciones y a todos los pacientes de cáncer por la valentía que demuestran frente a su condición.  Tocar la Campana fue ocasión de gran emoción”.

El efecto producido por esta Campana también puede apreciarse a través de las vivencias de R.G. Ella pensó que iba a morir cuando recibió su diagnóstico de cáncer pero luego, cuando observó la cantidad de pacientes que tocan victoriosos la Campana, pudo reflexionar y sentir fortaleza y determinación.  Y así cuando R.G. la tocó dijo: “Gracias Dios por una nueva esperanza de vida”.

Por supuesto, no todos nuestros pacientes logran tocar la Campana de la Victoria. Es precisamente en tributo a ellos, a sus cuidadores y a los profesionales de la salud que enfrentan el reto diario de cuidar y alentar a aquellos que atraviesan el dolor humano que en ocasiones, la Campana  permanece silente…….pero igualmente es así que cuando la escuchamos sonar otra vez, todos suspiramos y afirmamos: “Oh dulce  y hermoso repicar”.

Adaptado por; Maricarmen Ramírez-Solá, Educadora en Salud Pública & Coordinadora de Alcance Comunitario.