Cáncer de la Tiroides

La Tiroides

La tiroides es una glándula localizada debajo de la “manzana de Adam” y en la parte delantera del cuello. Tiene la forma de una mariposa ya que contiene dos partes llamadas lóbulo derecho y lóbulo izquierdo. En la mayoría de las personas la tiroides no se puede sentir a través de la palpación ni percibir visualmente. La tiroides está compuesta de tres tipos principales de células, cada una con una función particular e importante. Estas son:

  • Células Foliculares que utilizan el yodo que circula en la sangre para producir la hormona tiroidea responsable de regular el metabolismo y la utilización de energía en el cuerpo.
  • Células Parafoliculares que producen la hormona calcitonina encargada de controlar el uso del calcio en el cuerpo.
  • Células del Sistema Inmunológico (como linfocitos), entre otras.

Este dato anterior es relevante ya que existen distintos tipos de cáncer de tiroides según el tipo de célula que se afecta. Tomando esto en cuenta podrá determinarse cuán serio es el tipo de cáncer que se identifica y cuál será la mejor manera de tratarlo.

Cáncer de Tiroides

El cáncer de tiroides es la condición que se diagnostica cuando ciertos tipos de células de la tiroides comienzan a comportarse desordenadamente y fuera de control creando una masa llamada tumor. Existen nódulos o quistes en la tiroides que pueden ser benignos; es decir, no cancerosos. Cuando ocurre el cáncer se ha observado la aparición de un tumor maligno que tiene el potencial de invadir otros tejidos y diseminarse a otras partes del cuerpo.

Causas

Un factor de riesgo es algo que influye en la probabilidad de una persona para desarrollar una enfermedad. Asociados al cáncer existen factores que pueden modificarse o corregirse como fumar, y así mismo factores que no se pueden alterar como la edad, el género o el historial familiar. Aunque se desconoce la causa de la mayoría de los tipos de cáncer de tiroides, los científicos han identificado posibles factores relacionados. Al mismo tiempo han señalado que no necesariamente siempre que alguno de estos factores esté presente, la persona desarrollará cáncer.

Factores de riesgo que pudieran asociarse al cáncer de tiroides son:

  • Género y edad – Por razones desconocidas el cáncer de tiroides es tres veces más común en mujeres que en hombres. Además, aunque esta condición puede desarrollarse a cualquier edad, se observa que en las mujeres se diagnostica más comúnmente entre los 40 y los 50 años y en los hombres, entre los 60 o 70 años de edad.
  • Dieta baja en yodo – El tipo de cáncer de células foliculares de la tiroides se ha visto más comúnmente en partes del mundo en las que se consume una dieta baja en yodo.
  • Radiación – La exposición a fuentes de radiación provenientes de tratamientos médicos, armas nucleares o accidentes en plantas nucleares ha probado ser un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de tiroides. Por ejemplo, el cáncer de tiroides se ha visto más frecuentemente en niños que han vivido cerca de la planta nuclear de Chernobyl en Ucrania, en donde ocurrió un accidente nuclear en 1986.
  • Condiciones hereditarias – Algunos síndromes y condiciones genéticas poco usuales parecen relacionarse a ciertos tipos de cáncer de tiroides. Personas que han heredado ciertos genes anormales de sus padres pueden ser más propensas al cáncer de tiroides. Se explica que ciertos genes contienen instrucciones para controlar el crecimiento y la división celular. Otros, desaceleran la división celular y causan la muerte de las células en el momento que corresponde. Si estos genes mutan o se “dañan”, puede darse el desarrollo de células cancerosas.
  • Historial familiar – Se ha observado que las personas cuyos familiares cercanos han tenido cáncer de tiroides (madre, padre, hermano o hermana), pueden tener un riesgo mayor de desarrollar la condición.

Síntomas

El cáncer de tiroides puede provocar los siguientes síntomas:

  • Nódulo o bulto en el cuello que crece con rapidez
  • Hinchazón del cuello
  • Dolor en la parte delantera del cuello que irradia hacia las orejas
  • Ronquera o cambios en la voz que no mejoran
  • Dificultad para tragar
  • Dificultad para respirar
  • Tos persistente aunque no haya catarro.


Ante la presencia de estos síntomas necesita consultarse al médico. Algunos de estos síntomas pueden ser producidos por condiciones no cancerosas o por otros tipos de cáncer en cuello. Dando atención inmediata a los síntomas se puede diagnosticar el cáncer en sus etapas tempranas.

Pruebas


El diagnóstico de cáncer de tiroides se realiza mediante una biopsia que es la toma de una muestra de tejido sospechoso para analizarlo con pruebas de patología bajo un microscopio. Existen distintos tipos de biopsias. Es posible que haya que realizar más de una para lograr un diagnóstico, especialmente si el médico concluye que debe analizarse una muestra más amplia de tejido. En ocasiones el resultado de una biopsia de la tiroides puede caer bajo la categoría de “sospechosa” y el médico necesita ordenar otra biopsia y exámenes adicionales. Entre las pruebas adicionales pueden incluirse:

  • Prueba de Ultrasonido – Este tipo de examen utiliza ondas de sonido para crear imágenes de las partes del cuerpo. Con este examen se busca determinar si los nódulos detectados en la tiroides son líquidos o sólidos ya que estos últimos tienen mayor probabilidad de ser cancerosos.
  • Tomografía Computarizada (CT Scan) – Este es un examen de radiografía (Rayos X) usado para tomar imágenes del cuerpo. Puede ayudar a determinar la localización, el tamaño y la extensión del cáncer de tiroides. A veces se utiliza para realizar “biopsias guiadas por imágenes” para acceder con mayor precisión al tejido sospechoso.
  • Prueba de Resonancia Magnética (MRI) – Esta es una prueba en la cual se utiliza un magneto potente que está conectado a una sofisticada computadora para producir imágenes detalladas del cuerpo en las que se puede diferenciar el tejido normal del tejido enfermo.
  • Tomografía con Emisiones de Positrones (PET Scan) – Esta es una prueba que se realiza usando una cámara especial para la toma de fotografías de áreas del cuerpo con radioactividad. Para poder realizarla se le inyecta a la persona o se le da a tomar una substancia radiactiva.

Tratamiento

Una persona puede recibir más de un tipo de tratamiento de acuerdo al tipo de cáncer de tiroides diagnosticado, y a su estadio. Entre las opciones se pueden mencionar:

  • Cirugía — Es el tratamiento para extirpar todo el tumor o parte de éste.
  • Tratamiento con Yodo Radioactivo – Se refiere al uso de yodo radioactivo (Y-131) en cápsula o en líquido para destruir células cancerosas en la tiroides con efecto mínimo para otras partes del cuerpo.
  • Tratamiento con Hormona Tiroidea – El tratamiento consta de tomar diariamente píldoras de hormona tiroidea para ayudar a regular el metabolismo, tratar de detener el crecimiento de células cancerosas residuales o reducir riesgos de recurrencias del cáncer.
  • Radioterapia — Consiste del uso de radiación o de Rayos X de alta intensidad para destruir células cancerosas y evitar que éstas viajen a través de la sangre a otras partes del cuerpo.
  • Quimioterapia — Se refiere al uso de medicamentos o fármacos en forma de píldoras que se toman por boca o se administran de forma intravenosa para destruir células cancerosas.

Ayuda e información adicional

La persona con diagnóstico de cáncer de tiroides puede beneficiarse de participar en grupos de apoyo en los que se comparten experiencias y problemas en común y se discute información correcta sobre el cáncer y sus tratamientos. También puede beneficiarse de la educación individual, de pareja o familiar solicitándola a través de la Oficina de Educación en Salud: mariramirez@himapr.com. Además puede obtener más información al acceder a:

www.cancer.org/cancer/thyroidcancer/
www.cancercare.org/enespanol
www.fertilehope.org (información sobre fertilidad y cáncer)
www.cancer.gov/espanol/pdq/cuidadodeapoyo